viernes, 28 de noviembre de 2014

Candelabros de guardabrisas para María Auxiliadora.



Desde hace mucho tiempo cuando contemplamos a la Virgen Auxiliadora descender desde su altozano palmerino hasta la parroquial sanjuanista, se ve rodeada por unos candelabros de guardabrisas que la alumbran durante su traslado. Dichos candelabros están realizados en madera tallada y dorada, cubriéndose las velas con unos “fanales” de cristal que impiden que el viento apague las vacilantes llamas que aportan su luz a la Madre de Dios.
Estos candelabros pertenecen a la Virgen de los Remedios Coronada, Patrona de Villarrasa, quien, amablemente, se los cede a la Archicofradía de María Auxiliadora de la Palma para alumbrar a la Virgen de Don Bosco en su discurrir por las calles de La Palma hasta llegar a la Parroquia. Es un rasgo patente de la buena sintonía que ha rodeado siempre a la Archicofradía con hermandades y asociaciones religiosas de la localidad o de fuera de ella.
            Pero, hace escasas fechas, la Archicofradía de María Auxiliadora ha llegado a un acuerdo para realizar unos candelabros de guardabrisas ya en propiedad. Tras consultar varias opciones se ha decidido por el boceto y presupuesto presentado por un orfebre ya conocido y que ha trabajado, muy satisfactoriamente para esta corporación. Toda esta obra se ha encargado al reputado orfebre Emilio Méndez, quien va a labrarla en sus talleres de Pilas. Este orfebre ya fue el designado para realizar las maniguetas del paso procesional de la Santísima Virgen hace unos años.
Los candelabros son elementos que se usan en los pasos procesionales para alumbrar a la imagen que portan. Son unos útiles que además tienen un simbolismo. Los candelabros contienen la luz que se porta en cada uno de los mecheros, la luz es el símbolo de Cristo (Cristo es la Luz de los Pueblos), que vino a este mundo gracias a la aceptación de María para convertirse en su madre.
Los brazos de los candelabros parten de una misma base común, con este detalle se simboliza que todos, por diferentes que seamos, provenimos de un mismo tronco: Dios Padre.
El número de los brazos es de cinco, los cuales se corresponden con los cinco misterios gloriosos del Santo Rosario:
Primero: La Resurrección del Hijo de Dios.
Segundo: La Ascensión a los Cielos.
Tercero: La Venida del Espíritu Santo sobre la Virgen y el Colegio Apostólico.
Cuarto: La Asunción de María, en cuerpo y alma, a los Cielos.
Quinto: La Coronación de la Virgen como  Reina de todo lo creado.
            Las velas encendidas nos remiten a su vez al pasaje veterotestamentario de la zarza ardiente, los candelabros con sus llamas que no se extinguen simbolizan ese pasaje del Éxodo 3, 1 – 12. Esas velas que no se extinguen son símbolo, a la vez, de la fe viva de los cristianos. Son las ofrendas, que a través de María Auxiliadora, se ofrecen a su Hijo. Finalmente son también un símbolo de la fugacidad de la vida, la cual se puede apagar en un instante como lo hace la llama de una vela ante un leve soplo de aire.
            La Archicofradía de María Auxiliadora ha tomado esta decisión tras meditarla durante un buen tiempo. El momento no es el más idóneo para este tipo de empresas, pensarán algunos, pero ya era hora de contar con estos elementos de uso tanto procesional como cultual en propiedad. Agradecemos la generosidad de tantos años de la Hermandad de la Virgen de los Remedios de Villarrasa. El presupuesto para realizar estos enseres va aparte del ordinario de la Archicofradía, por lo tanto no se van a ver desatendidos ni los cultos, ni actos ni muchísimo menos la obra caritativa de la corporación salesiana. Puede pensarse que quizás sería mejor posponer tal adquisición, pero con este trabajo tanto el taller del orfebre como otros artesanos van a ver prolongada su actividad laboral, que también es una manera de ser solidarios en las circunstancias que atravesamos.

                                                                       LA JUNTA DE GOBIERNO

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