jueves, 5 de junio de 2014

CUANDO HABLA EL CORAZÓN

María auxiliadora - María auxiliadora 
Portadores de tu divina gloria


Lo que comenzó siendo un juego de chiquillos que ataviados de paños de cocinas emulando ser un costal,con sabanas que envolvía las estrechas cinturas a modo de faja y un calzado cualquiera jugaban y jugaban sin descanso un día a ser COSTALEROS termino un día hace ahora trece años,siendo una de las realidades mas maravillosas de mi vida.


Lo que comenzó siendo un juego de chiquillos que con una piedra cualquiera y sobre una caja de cartón llamaba como buen CAPATAZ a sus costaleros llego a su fin para ver como de nuevo la vida me regalaba otra de las realidades con la que tantas veces soñé.

Y es que afortunadamente y gracias a la junta de gobierno y en especial a mi compañero de costal durante mucho tiempo bajo las trabajaderas de MARÍA AUXILIADORA, y ahora compañero de martillo DAVID, tendré el privilegio de cambiar esa piedra que de niño me servía para alertar a mis amiguillos de que nos íbamos al cielo por la responsabilidad,el orgullo y el honor que te deja el peso de un llamador tan importante en mi vida como es el de MARÍA AUXILIADORA.

Podría decir con total tranquilidad que mi vida salesiana y que mis sentimientos hacia nuestra madre que habita en la iglesia del Salvador,no se forjaron en el colegio salesianos ya que nunca ocupe ninguno de sus pupitres. Fue en mi casa donde desde que era un crío vi como mi madre y mi tía trabajaban sin descanso y año tras años para la Archicofradia ya que desde que tengo uso de razón las recuerdo siendo fieles celadoras y que hasta la fecha puedo corroborar que siguen siendo incansables en el tiempo.
Eternamente agradecido a las dos por enseñarme los valores cristianos de los que hoy en día dispongo y que tanto y tan bueno me están dejando a lo largo de mi ya no tan corta vida.
En cuerpo y alma me ofrezco a ti para que seas mi compañera en esta complicada tarea, se tu mi consuelo en las horas de lucha, y solo te pido que al dejar esta vida me lleves al cielo.

Hoy encomiendo a ti mi alma Madre, hoy dejaré de ser los pies que te portasen algún día aquí en la tierra para poder ser tu guía, guía que camina siempre agarrado de la mano que tiendes a todos tus hijos para ganar el auxilio,que tanto necesitamos en nuestra vida diaria, guía de dieciséis almas que al igual que yo también jugaron de niños a ser costaleros,costaleros de MARÍA AUXILIADORA.
Dieciséis corazones portadores de tu divina gloria que han formado bajo tus trabajaderas la gran familia que hoy somos,familia forjada con pequeños golpes de cintura y paso corto,con racheos de alpargatas y caminar sereno.
Gracias cuadrilla, GRACIAS FAMILIA.







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